EXTREMADURA CIERRA DOS CENTRALES NUCLEARES. Valdecaballeros, 1 de septiembre de 1979

Valdecaballeros 1 09 19

"Esté autorizada o no, la manifestación se va a celebrar. A ello están decididos el alcalde y el pueblo". De esta manera se daban cita el 1 de septiembre de 1979 en la plaza de Villanueva de la Serena. Apoyándose en la recién constitución democrática, miles de personas desafiaban la ilegalidad de la convocatoria a la de una central con dos reactores que las grandes compañías eléctricas habían arrancado a la dictadura franquista años atrás. El general Franco tenía planes incluso para construir una planta de enriquecimiento de uranio de cara a desarrollar armas nucleares desde el lejano 1965 cuando de la mano de EE.UU. se puso en funcionamiento un primer reactor no comercial.

En esta batalla antinuclear, desde ADENEX secundamos la concentración frente al ayuntamiento de Villanueva de la Serena en su cuarenta aniversario, que consiguió que una gran y resistente movilización social parase, de manera pacífica, la construcción definitiva de los dos grupos atómicos previstos al lado del pueblo.

En 1974 dos de las empresas del proyecto Almaraz, Iberdrola y Sevillana pidieron autorización para otra central de dos reactores (Tipo General Electric), dado que no conseguían instalarlas en otros emplazamientos como Murcia y Huelva. La protesta e indignación surgió cuando se supo que necesitarían 90 metros cúbicos por segundo para refrigerar la central dejando inutilizados los regadíos del Guadiana. La obra se puso en marcha, para una vez construida justificar su necesidad.

La resonancia de otras luchas en distintos territorios del estado supuso que a finales de 1976 la contestación fuera masiva, tanto de la gente del lugar como de la comunidad de regantes, así como del movimiento ecologista ibérico, que tanto en Portugal como en España luchaban por impedir el desarrollo de 45 centrales nucleares en la península. Adenex surge precisamente como escisión de una primera asociación de amigos en defensa de la naturaleza y los recursos de Extremadura, declarándose antinuclear y en defensa de un territorio que no necesita una energía que no consume y que la oposición a las nucleares lo era a una tecnología mortífera y a un instrumento de dominación dejado en manos de las multinacionales eléctricas del momento, que son las mismas que las actuales.

Recordemos que la central de Almaraz estaba en una fase de construcción muy avanzada, por tanto, había que parar la construcción de otra en sus cercanías (80 Km la separaba), dado que la administración central había emitido el permiso de seguir, a pesar de todas las primeras protestas, recursos jurídicos contra la central y de las primeras concentraciones muy reprimidas en aquello momentos (años 1977 y 1978).

Perder el miedo supuso que sin protagonismo partidista la gente masivamente y los alcaldes entendieran que había que ir a por todas, y que en el verano de 1979 y de manera asamblearia el encierro de 113 alcaldes desde el 28 de agosto en una incipiente democracia supusiera que la convocatoria del día 1 de septiembre fuera la más multitudinaria que jamás se ha realizado en la región junto con la oposición al proyecto de refinería y complejo petroquímico paralizado definitivamente en 2016.

Aquel 1 de septiembre de 1979 fue la consolidación del movimiento antinuclear en Extremadura, que ya había comenzado en Navalmoral de la Mata, donde la gran mayoría de la población aún se mantiene antinuclear exigiendo el cierre de Almaraz y de todas las demás: exigiendo que las nuevas energías tienen que ser autosuficientes y no consumistas, y las activas deben ser consumidas in situ, producidas de manera descentralizada, y nunca en monopolio como se ha demostrado en el último incidente originado por Iberdrola al dejar sin luz a Berrocalejo y Peraleda de la Mata sin explicación ninguna.

La ventaja de las energías renovables es que ofrecen diversificación y no dependencia del exterior, por este motivo, desde Adenex, seguimos reclamando que para generar electricidad ni la eólica ni la fotovoltaica se puede instalar en cualquier sitio, ni deben tener prioridad las grandes multinacionales dejando sin empleo ni posibilidades de instalación a cientos de pequeños y medianos emprendedores por toda la región.

Imprimir