EXTREMADURA, LA MADRE TIERRA

 

Una mirada hacia atrás

Allá por 1978, la estrenada Constitución Española establecía el camino para que, a partir de las "nacionalidades y regiones", se constituyeran las Comunidades Autónomas.

También por aquellos años, un grupo de personas impulsadas por un profundo sentimiento de amor hacia su tierra y sus paisajes, unían esfuerzos realizando innumerables gestiones ante las administraciones públicas españolas y diversos organismos internacionales en un intento por detener las actuaciones que el ICONA estaba llevando a cabo para el cultivo de eucaliptos en extensas zonas de sierras de lo que hoy es el Parque Nacional de Monfragüe, poseedora de una de las mayores densidades de rapaces del país y la mayor colonia de Buitre Negro del mundo.

  • En julio de 1978 se constituía la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (ADENEX) que continuó de manera muy activa en la reclamación de una protección oficial para este espacio que muy pronto se declararía como el primer Parque Natural de Extremadura, en 1979.
  • El 25 de febrero de 1983 se aprueba el Estatuto de Autonomía de Extremadura que trae consigo la constitución definitiva de la comunidad autónoma. Más tarde en 1985 llega el primer Día de Extremadura celebrado en la localidad de Guadalupe.

Una historia que no se explicaría sin la otra, la del sentimiento de pertenencia al terruño, a las historias de nuestros padres, a la lucha por defender esta herencia que dejaremos a nuestras hijas e hijos. El orgullo de ser un poco mozárabe, un poco alentejano y tanto de migrante. Esta tierra que nos ensancha el alma y que siempre duele, como los abrazos de una madre cuando tienes que partir.

A paso de tren extremeño

 “Extremadura, la tierra madre” es el lema con el que la comunidad autónoma celebrará el próximo 8 de Septiembre de 2024. Una madre que protege, inspira e impulsa a las próximas generaciones, integra “las raíces de la historia, el patrimonio y la cultura extremeña y mira al futuro con orgullo”; en palabras de los organizadores.

Y es que «madre no hay más que una», reza el dicho. Pero antes que madre historia, madre patrimonio, cultura o identidad está la Madre Tierra. Llámese Naturaleza, Pachamama o como usted prefiera denominarla; “la que otorga la vida” en definitiva.

Aquí, sin embargo, se abre un debate donde parece que de dos entidades opuestas se tratase: “la madre progreso y futuro” y “la madre Naturaleza”. ¿Acaso querer y cuidar lo que nos sustenta no es una apuesta efectiva de futuro?

Los innumerables proyectos mineros, fotovoltaicos, megaproyectos de ocio, macrovertederos, sumados a la falta de conciencia, dedicación y esfuerzo que se pone en las políticas medioambientales y en la defensa (coherente y efectiva) de la naturaleza y del patrimonio en la región dejan a la vista un claro problema de desapego. De no sentir en las tripas la tristeza de perder algo nuestro, único e irremplazable.

Seguir andando

ADENEX, desde su creación, tuvo un objetivo claro, un motivo para existir. Lo plasmó diáfano con su nombre: La Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura. Quizás porque por aquel entonces se percibía que “algo” o “algunos” estaban esquilmando y atacando a nuestra madre querida, la que nos unía como paisanos bajo su manto, aún sin estar oficialmente reconocidos por ninguna asamblea. Y desde entonces ha continuado su labor incansable, vigilante, a la par que daba sus primeros pasos nuestra comunidad autónoma. Sufriendo los mismos golpes de las crisis, la despoblación, el abandono y finalmente el olvido. Seguimos andando, siempre mirando hacia adelante, reinventándonos, resilientes y esperanzadas.

La historia de ADENEX está ligada para siempre a Extremadura, forma parte de esa reivindicación y esa lucha que muchas veces olvidamos. Es la historia de las personas que estuvieron antes y de las que hoy seguimos amando y DEFENDIENDO LA TIERRA QUE NOS DA LA VIDA.

¡FELIZ DÍA EXTREMADURA!

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