FUKUSHIMA. NO PERDAMOS LA MEMORIA. NO A LA GUERRA

 

Navalmoral de la Mata, 12 de marzo de 2022

 

La historia más cruel es aquella que se intenta ocultar bajo un manto, que en nuestra época siempre es de color verde. Aquel 11 de marzo de 2011, un nuevo seísmo asoló Japón, y en breves segundos dejó la máxima destrucción posible; el sunami se topó, no por casualidad, con un complejo de energía nuclear en Fukushima. Los responsables institucionales, una legislación dirigida por la industria nuclear, fueron incapaces de reforzar las medidas de seguridad nuclear cuya deficiencia ya se conocía, incapaces, por tanto, de proteger a la población y al medio ambiente. Y todo esto en un país rico y en una democracia consolidada.

Aun hoy, Fukushima todavía está activa, la catástrofe no ha terminado, es constante, y nadie asegura cuándo dejara de ser una amenaza ni por cuánto tiempo. Mas de una década después de la catástrofe, los desafíos son numerosos:  Desmantelamiento de la central, gestión de residuos y retorno de los habitantes evacuados, indemnizaciones y enfermedades añadidas. Fukushima nos mostró la realidad más evidente de este tipo de industrias para generar electricidad: ningún gobierno ni industria nuclear puede garantizar su seguridad.

Además, este desastre nuclear puede volverse a repetir en cualquier central nuclear del mundo, siendo las centrales blanco fácil en caso de conflicto, guerra o ataque terrorista.

Un año más, para no perder la memoria y en homenaje a la población japonesa afectada, y en esta ocasión de guerra amenazante, exigimos un mundo sin armas nucleares, sin amenazas de una nueva guerra fría, sin más centrales nucleares, para lo cual convocamos desde ADENEX, ECOLOGISTAS EN ACCIÓN CAMPO ARAÑUELO y EL OBSERVATORIO IBERICO DE ENERGIA, a plantar un nuevo ciruelo en el Bosque de los Recuerdos sito en Los Sauces de Navalmoral de la Mata. Sábado día 12 de marzo, a las 13 horas.

Y por la tarde, en la Sala de teatro Taktá de Navalmoral de la Mata, visionado y debate de la película de Eduardo Soto “El regalo”, con la presencia también del expresidente de la Comisión Parlamentaria de Medio Ambiente portugués, el coordinador del Observatorio Ibérico de Energía y de una representante del pueblo de Ferrel (Portugal) considerado la primera ciudad europea pacifista y antinuclear. El fin de la era nuclear no debe teñirse de taxonomías verdes ni en Europa ni en otro lugar del mundo.

 

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