Repercusiones del caso "Isla de Valdecañas"
Las opiniones personales vertidas en los diversos medios de comunicación regionales, a juicio de ADENEX todas ellas respetables, vienen a corroborar que existe un elevado grado de convulsión social a tal respecto, no exento en ocasiones de crispación, intereses privados, excesivo buenismo, desinformación e incluso, lamentablemente, demagogia seudocientífica. Es por cuanto ADENEX se ha visto obligada a salir de su respetuoso mutismo para efectuar en público las siguientes precisiones, matizaciones y consideraciones dirigidas a cuantas personas bienintencionadas de la sociedad civil pudieran necesitarlas.
1º).- Desde que España ingresó como miembro de plenos derechos (y obligaciones) en el territorio benefactor de la UE cedió parte de su soberanía nacional que, entre otras cuestiones, obligaba a reservar paulatinamente cierto porcentaje de su territorio para preservar la sostenibilidad y biodiversidad del planeta Tierra. Así fueron surgiendo las ZEPA, posteriormente la Red Natura 2000…, entre otras nomenclaturas que propenden a concretar con mejor y mayor precisión el objetivo común inicialmente establecido. Serían las propias naciones integrantes, que en el caso español fueron delegadas a las Comunidades Autónomas, quienes se encargaran de designar tales espacios naturales como reservas biológicas, y en contrapartida, como compensación, la UE subvencionaría tales territorios que contribuyen a preservar la biodiversidad y sostenibilidad ambiental del planeta Tierra, que da cobijo a todos los seres vivientes. Insistimos: todas las naciones de la UE, no solo Extremadura.
2º).- En consecuencia, al entonces presidente de la Junta de Extremadura, Sr. Rodríguez Ibarra, correspondió la responsabilidad política de designar las ZEPA, y fue él quien designó como tal en el año 2003, el humedal ocasionado en aquel entonces por la construcción de la presa de Valdecañas e islotes que fueron surgiendo en aquellas aguas pantanosas de difícil acceso, poco aptas para los cultivos agrarios y, en cambio, paradisíaco hábitat para la avifauna estante y la migratoria.
3º).- Situados aquellos parajes a unos 200 km. de Madrid y en pleno auge del sector inmobiliario, con el paso de los años la presa, riberas, islas e islotes del embalse fueron de la noche a la mañana objeto de deseo para las empresas constructoras, así que, saltándose las leyes a la torera y burlando el compromiso formal del Estado contraído con la UE , la Junta de Extremadura con fecha 10/04/2007 autorizó, bajo la figura de Proyecto de Interés Regional, a la empresa Marina Isla de Valdecañas, S.A., la construcción del resort “Marina Isla de Valdecañas”, siendo gobernante de la
Junta de Extremadura el Sr. Fernández Vara, en connivencia con determinados jefes, subjefes, subordinados y técnicos complacientes.
4º).- Desoídas las diversas advertencias formuladas por las asociaciones ecologistas, y en vista de la política de hechos consumados que se estaba llevando a cabo, en fiel cumplimiento de las razones éticas que emanan de sus estatutos, no tuvieron más remedio que remitir lo sucedido en ese entorno geográfico extremeño a las instancias del TSJEX, quien dio la razón a los demandantes de justicia. La Junta de Extremadura y la promotora plantearon a continuación un recurso de casación ante el Tribunal Supremo de Justicia de España, el cual falló de nuevo en contra de las triquiñuelas y argucias legales manifestadas por la Junta de Extremadura. En el ínterin La Junta de Extremadura emponzoñó judicialmente aún más el litigio con la modificación de la Ley del Suelo para re-legalizar el proyecto e incumplir la sentencia.
A partir de ese momento, en ADENEX consideramos suficiente y correctamente informada a la opinión pública extremeña y, por ello, damos un salto al relato por creer innecesario abundar con nuestra reflexión. De manera que
CONCLUÍMOS:
En nuestra modesta opinión, a lo largo, muy largo, desagradable y hasta bochornoso tiempo que dura ya este malogrado asunto, en materia de inocencia y culpabilidad responsable de sus actos, queda meridianamente claro que de este desastroso resultado no somos culpables los ecologistas sino los Gobernantes de la Junta de Extremadura que tomaron decisiones (a sabiendas de que no podían hacerlo) favorables a la construcción del resort y en segundo lugar, los técnicos sumisos y complacientes que apoyaron con sus informes erróneos las decisiones de sus superiores políticos.
Finalmente, en opinión de ADENEX no queda otra que “cada palo aguante su vela”. El referido cuadro de personas que estima “culpables” por acción, omisión o inhibición son quienes han de pagar los “vidrios rotos” de semejante estropicio ambiental, ya sea con su dinero, el embargo de sus bienes o el presidio si ha lugar, para que sirva de ejemplaridad ante la ciudadanía del Estado de Derecho que entre todos debemos construir, mejorar y proteger. En cualquier caso, sus señorías los Jueces tienen la última palabra; a ellos corresponde decidir y a los demás, acatar y cumplir su sentencia.
ADENEX, Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura