VIAJE A COSTA DE MORTE

Del 10 al 14 de junio, el programa de "Viajes Ambientales" nos acercó a conocer Costa da Morte.  Esta salida, cargada de historia, cultura y naturaleza, nos llevó a algunos de los lugares más emblemáticos y significativos de esta región gallega.

 

 Nuestra aventura comenzó con una visita al Castro de Borneiro, un antiguo asentamiento celta que nos permitió retroceder en el tiempo y comprender mejor la vida y las costumbres de los pueblos que habitaron estas tierras hace siglos. Este sitio arqueológico es un excelente ejemplo de la rica herencia cultural de Galicia y sirvió como una puerta de entrada perfecta para nuestro viaje.
 
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Luego nos dirigimos al Castillo de Vimianzo una fortaleza medieval que destaca por su muestra de artesanía de la comarca. En su interior, pudimos apreciar el talento y la dedicación de los artesanos locales, cuyos trabajos en encaje, cerámica y otros materiales son un testimonio vivo de la tradición y el ingenio de la región.
 
Nuestra siguiente parada fue en Malpica de Bergantiños para posteriormente dirigirnos a Camariñas, donde tuvimos el privilegio de conocer a Jackie, una mariscadora local. Jackie nos relató su inspiradora historia de lucha y perseverancia, desafiando tanto a su familia como a la sociedad para seguir su vocación. Sus palabras nos conmovieron profundamente, especialmente cuando compartió algunas de las duras y tristes experiencias que se viven navegando por las peligrosas costas de la región.
 
 
El viaje continuó hacia el Cabo Vilán, el primer faro eléctrico de España, cuya imponente figura se alza sobre un paisaje espectacular. Este faro no solo es un punto de referencia vital para los navegantes, sino también un símbolo del avance tecnológico y la adaptación humana a los entornos más adversos.
 
 
En Camariñas, visitamos el Museo del Encaje, donde pudimos admirar la delicadeza y la complejidad de los encajes locales, una artesanía que ha dado fama mundial a esta localidad. La dedicación y habilidad de las encajeras es un patrimonio cultural que se mantiene vivo gracias a la transmisión de conocimientos de generación en generación.
 
Nos acercamos al Santuario de Nuestra Señora da Barca, en Muxía, un lugar de peregrinación con profundas raíces religiosas y culturales. La vista del océano desde el santuario es simplemente impresionante, ofreciendo un momento de paz y reflexión a todos los visitantes.
 
El conjunto histórico de Cereixo fue otra de nuestras paradas, un lugar donde la historia se entrelaza con la belleza natural. Este sitio, lleno de encanto, nos permitió apreciar la arquitectura y el entorno que ha permanecido prácticamente inalterado a lo largo de los siglos.
 
Visitamos Muros, un pintoresco pueblo pesquero que conserva el encanto de antaño con sus calles empedradas y su animada vida marina. En Carnota, nos asomamos al impresionante hórreo, de 35 metros de longitud, el tercero más grande de Galicia, una verdadera obra maestra de la arquitectura rural.
 
 
 
Uno de los momentos más memorables del viaje fue el paseo hasta la cascada de Ézaro, la única en Europa que desemboca directamente en el mar, ofreciendo un espectáculo único. Finalmente, llegamos al mítico cabo Fisterra, envuelto en su habitual niebla, un lugar lleno de misticismo y leyendas.
 

Para cerrar nuestro viaje de manera deliciosa, disfrutamos de una gran mariscada, celebrando la riqueza gastronómica de Galicia y recordando cada experiencia vivida durante estos maravillosos días en la Costa da Morte. Este viaje no solo nos permitió conocer mejor esta región, sino también reflexionar sobre la importancia de preservar y valorar nuestro patrimonio natural y cultural.

 

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