¿Conoces el Monumento Natural de Barrancas de Castrejón y Calaña?
Las Barrancas representan un singular ejemplo del paisaje de incisión del río Tajo que discurre encajado a lo largo de la mayor parte de su trazado. Se trata de un conjunto de gargantas y cárcavas que se ha desarrollado al pie de un importante escarpe excavado por el río en los materiales detríticos de edad terciaria que rellenan su cuenca sedimentaria.
Este curioso paisaje se encuentra en los términos municipales de Albarreal de Tajo, Burujón y La Puebla de Montalbán, en la orilla norte del embalse de Castrejón y a solamente 30 minutos de Toledo.
Durante nuestro viaje que tendrá lugar el fin de semana del 9 y 10 de noviembre, realizaremos la ruta de menos de 4 kms que nos llevará a conocer este paraje de la mano de guías locales.
Para complementar este destino, visitaremos Toledo, una de las ciudades españolas con mayor riqueza monumental. Recorreremos su casco histórico de la mano de un guía especializado, recorriendo su su casco antiguo a través de los barrios de las tres culturas.
El Parque Nacional de Cabañeros es un auténtico destino de naturaleza, un espacio natural con un gran biodiversidad conocido como el Serengueti africano y del que podremos disfrutar sin prinsas y casi en solitario ya que es el Parque Nacional menos visitado de todos con los que cuenta nuestro país.
Otoño es una buena temporada y nos invita a recorrerlo en 4×4 para divisar aves rapaces u observar el gran espectáculo de la berrea del ciervo. También realizaremos una ruta a pie por la ribera del río Estena acompañados por un guía experto en el parque y que nos descubrirá los encantos de este rincón de Ciudad Real.
Para más información e inscripciones podéis llamar al teléfono 924 38 71 89 o escribir al correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Del 1 al 6 de julio ADENEX realizó un viaje para visitar parte del Pirineo Catalán a su paso por Lérida. En el recorrido hacia el norte pudimos disfrutar de la villa medieval de Montañana situada en la comarca de la Ribargorza, todavía en Aragón. De la mano de Javier, su guía entusiasta, pudimos trasladarnos a la edad media a través de la historia y de la arquitectura que aún se conserva intacta.
Pasando el túnel de Vielha nos adentramos en el Valle de Arán, uno de los valles más espectalures del Pirineo y que, además de su belleza, nos ofrece un montón de posibilidades y recursos para visitar, en este caso, acompañados/as de Judit, una de las guías de aranculturau que, como siempre, nos hacen sentir como en casa.
Artíes, Salardú, Bossots, Vielha... son algunos de los pueblo que visitamos dentro de nuestro recorrido, pueblos con una magia especial gracias a su arquitectura, a su entorno, al sosiego de sus calles y a sus iglesias románicas conservadas en perfecto estado.
Pero una de las estrellas del viaje fue el Lago de San Mauricio que da nombre al Parque Nacional y que tiene un paisaje de alta montaña, con los Encantats siempre de fondo a casi 2.500 metros de altitud.
Para finalizar nuestro viaje y despedirnos a lo grande, nos adentramos en el Valle de Boí, cuyo corazón guarda un conjunto de 8 iglesias y 1 ermita de origen románico y que están declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Nuestro primer destino de otoño nos lleva a Ciudad Real para conocer parte de La Mancha. Durante un recorrido de tres días y dos noches tendremos la oportunidad de pasear por el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, declarado como tal en 1973 con el fin de preservar uno de los ecositemas más valiosos de nuestro planeta, los humedales. Motilla del Azuer será otra de nuestras paradas, un yacimiento prehistórico de la Edad del Bronce y que es, hasta la fecha, el pozo más antiguo de la Península Ibérica.
Para complementar, visitaremos el Palacio del Marqués de Santa Cruz, en el Viso del Marqués y realizaremos una visita guiada por Almagro, la ciudad del teatro de corral donde además, pernoctaremos.
El viaje tendrá lugar del 1 al 3 de octubre con salidas desde Badajoz, Mérida y Cáceres. Si necesitas más información o quieres inscribirte, puedes llamar al télefono 924 38 71 89 o escribir al correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Los días 29 y 30 de mayo ADENEX visitó el Geoparque Mundial UNESCO Villuercas-Ibores-Jara con un grupo de 20 personas dentro de su programa de Viajes Ambientales.
A pesar de las altas temperaturas, que ya se presagiaban, pudimos disfrutar de las espectaculares imágenes que nos regala este espacio en cada uno de sus rincones.
Este conjunto orográfico fue declarado Geoparque en el año 2011, desde entonces, han trabajado duro para que los visitantes podamos disfrutar de todos los recursos turísticos con los que cuentan, siempre de una forma respetuosa y sostenible.
Nuestro recorrido comenzó en el Centro de Recepción de Visitantes, una cita obligada si queréis conocer en profundidad cómo se formó el patrimonio geológico de esta comarca.
Pudimos degustar los famosos vinos de Cañamero, en este caso, en la Bodega Ruiz Torres donde, además de probar tanto sus vinos blancos, tintos e incluso "azules"... nos deleitamos con las estupendas vistas desde sus instalaciones.
¿Conocéis la iglesia de San Juan Bautista de Berzocana? si la respuesta es no, anotadla en vuestras agendas, una joya arquitectónica y de dimensiones considerables que no esperas encontrar en una localidad de menos de 500 habitantes.
Para nuestro segundo día tuvimos la compañía de María José, guía de Natrural con la que pudimos conocer algunos de los geositios, entre ellos, el Cañón del Ruecas y la Cueva Chiquita en Cañamero. Mucho nos costó encontrar las pinturas ruprestres que en ella se encontraban pero con concentración y empeño todo fue posible.
El Charco de La Nutria, el Mirador del Sinclinar de Santa Lucía en Cabañas del Castillo y el Apreturas del Almonte fueron otros de los puntos incluidos en nuestro recorrido, ninguno de ellos nos defraudó, en especial, el Mirador de Santa Lucía donde, además de tener unas vistas que nos dejaron casi sin repiración, tres cigüeñas negras nos hicieron el regalo de poder disfrutar de su vuelo junto a un grupo cercano de buitres leonados.